Cuando nos encontramos mal, podemos hacer miles de cosas para evitar asumir que no estamos bien, que nos ayuden a ignorar lo que sucede y lo que nos hace sentir.
Cuando pasamos por situaciones complicadas o vivencias que nos hacen desarrollar un malestar y buscamos enterrarlo en nuestra memoria o sencillamente actuar como si no pasara nada, no nos estamos ayudando, estamos empeorando nuestra propia salud mental.
Aunque hacer ciertas cosas nos pueden hacer sentir mejor por un momento, a largo plazo nos hará más daño, intensificará el malestar e incluso puede añadir problemas a nuestra situación. Un claro ejemplo de ello es el consumo abusivo de alcohol o desarrollar conductas adictivas.
Conductas que pueden iniciar siendo eventuales se pueden volver habituales, con lo cual debemos cuidar lo que hacemos y si tiene alguna razón emocional de fondo.
A nadie le gusta sentirse mal, pero es inevitable pasar por situaciones que nos generen malestar. No olvidemos que somos seres humanos y que sentimos, que tenemos gran variedad de emociones y que necesitamos afrontarlas para aprender de ellas y de la situación que nos ocurra.
Piensa por un momento en alguna situación o experiencia que te haya generado malestar o displacer y que has hecho… ¿te has enfrentado o la has evadido?
¿Qué has llevado a cabo alguna de las conductas que señale anteriormente? O ¿Qué has hecho para encontrarte mejor?
Nuevamente, podemos hacer cosas que nos hagan sentirnos bien por un momento, pero necesitaremos más de “eso” para encontrarnos mejor, porque la verdad es que no estamos afrontando la situación como tal, sino que estamos escondiendo lo que sentimos.
Aunque lo que se suele ver, como comenté antes, es el consumo de alcohol ("el alcohol me ayuda a olvidar" "Si bebo no pienso en eso y la paso bien") o de otro tipo de sustancias tóxicas, también hay otra serie de conductas que podemos estar haciendo día a día y que incluso no nos hayamos dado cuenta de ello, por ejemplo:
- Evitar estar solos
- No volver a casa o estar solo para dormir
- Hablarnos mal a nosotros mismos
- Acumular objetos
- Evitar nuestras responsabilidades
- Cambiar drásticamente nuestro look (cortarnos el cabello, por ejemplo)
- Autosabotearnos
- Volcarnos a nuestro trabajo, estudio y otras personas o relaciones
- Limpiar en exceso
- Hacer juegos violentos
- Tener conductas hirientes hacia los demás (físico o verbal)
- Comer de manera desorganizada, alimentos pocos sanos, en exceso...
Estas son sólo algunas de las cosas que pueden darnos señales de que tenemos algo que debemos sacar.
Evidentemente dependerá de la gravedad no solo del asunto sino de la valoración que le otorguemos y la intensidad de nuestras emociones.
No quiero dejar de añadir en este artículo que, cuando la valoración es muy grave y que tenemos un malestar muy intenso, podemos también:
- Generarnos daño físico a nosotros mismos (autolesionarnos)
- Conducir con mucha velocidad o de manera temeraria
- Buscar actividades de riesgo
- Iniciar deportes extremos
Estos son otros ejemplos que pueden darnos señales de que necesitamos ayuda y necesitamos resolver eso que nos está causando tanto dolor.
Recuerda que no siempre debemos estar bien, no siempre tenemos que estar felices, que las emociones son para sentirlas a cada una de ellas y que podemos tener malas experiencias y momentos en nuestra vida.
Pedir ayuda no nos hace malos, ni débiles, ni incapaces, ni menos que otras personas. Pedir ayuda nos recuerda que somos humanos.
¿Qué puedo hacer si me encuentro mal?
- Escuchar la música que te permita conectar con tu emoción.
- Permítete estar solo contigo un rato.
- Da un paseo.
- Llega a casa y hazte una infusión.
- Date espacio para pensar en ese look que realmente quieres, no lo hagas ahora.
- Permítete ser ayudadx, busca ayuda si la necesitas.
- Comunica lo que sientes, si te cuesta hablarlo con alguien, escribe.
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