top of page
Foto del escritorLaura Castellano G.

Lo bueno y lo malo de la AUTOEXIGENCIA

Exigirnos a nosotros mismos, tiene, como todo, dos caras. Puede empezar siendo un comportamiento adaptativo y funcional, a convertirse en una conducta desadaptativa y que se escape completamente de nuestras manos, e incluso, internalizarlo de tal manera de convertirlo en parte de nosotros mismos, es decir, habituarnos a ser muy autoexigentes y por tanto, sufrir las consecuencias negativas que esto acarrea.


Por un lado, la autoexigencia nos ayuda a hacer las cosas bien o de la mejor manera que podamos, dar el 100% de nosotros, nos motiva, nos ayuda a comprometernos con la tarea y por supuesto, nos ayuda a finalizarla y a llegar a nuestra meta.



Por tanto, la autoexigencia es un comportamiento adaptativo que responde a cumplir los objetivos que nos ponemos, nos impulsa a un crecimiento personal y profesional siempre y cuando nos mantengamos dentro de nuestros límites personales y de nuestras capacidades. Siguiendo esto, la autoexigencia como conducta adaptativa, nos generará satisfacción una vez que alcanzamos nuestra meta.


Quisiera aclarar que, respetar nuestros límites y capacidades no significa conformarnos con lo que sabemos, significa que, en primer lugar, sé lo que puedo dar sin que me genere malestar, conozco que cosas sé hacer y que las que no sé hacer puedo aprenderlas a través del esfuerzo y la práctica. Conozco mis capacidades y mis propias limitaciones, sé lo que es bueno para mí y lo que me conviene. Significa que sé hasta qué punto puedo llegar.


Por ejemplo: si estoy pendiente de realizar un examen, sé organizarme lo suficiente para dedicarle el tiempo que necesito para obtener el resultado que espero. Si me he esforzado y obtengo el resultado que esperaba, esto me genera satisfacción y soy capaz de premiarme. Por otro lado, si me he esforzado y no he logrado alcanzar mi objetivo, puedo sentirme frustrado pero aún sabiendo que he hecho el trabajo, he dado mi 100% y sé que habrán más oportunidades: no me autocastigo.



¿Cuándo empieza a ser un problema?


Claramente, cuando la autoexigencia excede nuestros límites y nuestras capacidades, se vuelve todo un problema. La autoexigencia nos puede afectar en todos los sentidos y en todas nuestras áreas vitales.

En primer lugar, la autoexigencia como comportamiento desadaptativo, impide que estemos bien emocional y físicamente y te explico porqué: nuestros pensamientos empiezan a ser rumiativos sobre “eso” que “tenemos” que lograr y que tenemos que hacerlo “perfecto”. En principio, este pensamiento puede ir dirigido hacia una misma área, por ejemplo, el trabajo o los estudios; sin embargo, suele extrapolarse a otras áreas de la vida, afectándonos a nivel personal en cuanto a nuestra autoestima, autoconcepto y autoimagen se refiere y sin olvidar que, también puede afectar a la manera que tenemos de relacionarnos con los demás.


Lo que tiene la autoexigencia es que nos impulsa a superar nuestros límites, y en ocasiones, incluso perderlos de vista. Nuestro listón y nuestras expectativas, tanto las que hacemos de nosotros mismos como el que tenemos sobre los demás, empiezan a estar muy altos, conseguirlos, evidentemente se volverá una tarea cada vez más difícil.


Con lo cual, siguiendo el ejemplo anterior, la autoexigencia como comportamiento desadaptativo nos generaría, una sensación de fracaso al no lograr el objetivo, culpabilizarnos y autocriticarnos, hablándonos y castigándonos de una manera innecesaria, que no solo es negativa, sino que no resuelve nada.



¿Cómo me doy cuenta si la autoexigencia me está afectando?

  • Puede que estés dejando tiempo de lado para ocuparte en “eso que tienes que conseguir”

  • Tus diálogos internos incluyen siempre los “tengo” o “debo”.

  • Si no consigues realizar algo perfecto a la primera, te castigas.

  • Te cuesta empatizar contigo mismx

  • Experimentas constantemente sentimientos de culpa, insatisfacción e incluso incapacidad.

  • Por no conseguir algo rápido sueles decirte cosas como: “soy tontx” “soy inútil” “soy incapaz”

  • Aunque hayas logrado ese objetivo, puedes sentir que pudiste dar más o hacerlo mejor.

  • Para ti, nunca nada es suficiente.

  • Has dejado de tener experiencias agradables o dedicar tiempo al ocio por sentir que “deberías estar haciendo algo por tu objetivo”

  • Incluso dejar de cubrir necesidades básicas como dormir el tiempo suficiente, desconectar de nuestra tarea, comer y mantener nuestra higiene, por “no perder tiempo”.


Recordemos que la autoexigencia puede hacernos obsesionarnos con las diferentes tareas, y que puede afectar nuestro día a día y nuestro rendimiento. La autoexigencia, cumple un círculo que se retroalimenta así mismo, lo podemos expresar de la siguiente manera:



El verdadero resultado que obtendremos de este círculo será, agotamiento mental y físico, baja autoestima, dolores de cabeza, desarrollo de ansiedad, falta de concentración y un sinfín de síntomas físicos y cognitivos que no nos permitirá lograr lo que nos proponemos y que empeorarán nuestra calidad de vida.


Si te has dado cuenta de que te identificas con este artículo, y que tu autoexigencia te está trayendo consecuencias negativas, ¡CONTÁCTAME Y EMPECEMOS A TRABAJAR EN ELLO!

297 visualizaciones1 comentario

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page