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Foto del escritorLaura Castellano G.

DESCUBRIENDO LA ANSIEDAD

Actualizado: 29 mar 2021

¿Te has sentido en ocasiones agitado, sumamente alerta, con variaciones en la respiración, problemas para conciliar el sueño, sientes que tu cabeza va más rápido que tu cuerpo y que no sabes cómo controlarlo?



¡Pues te invito a leer este artículo!


Cuando percibimos una situación como amenazante, nuestro organismo se prepara para confrontarlo, y esta respuesta de activación es completamente adaptativa. Sin embargo, lo que ocurre con la ansiedad, es que solemos percibir cualquier situación como amenazante, aunque no lo sea, existe un error en la percepción y entendimiento de la información del medio que nos rodea.



Por esta razón, la ansiedad es un trastorno mental, compuesto por una serie de sintomatologías que generan malestar, como lo es la distorsión en el pensamiento y en habilidades cognitivas -la memoria, la atención, etc.-, en el funcionamiento de las personas (cambios conductuales) y a nivel psicofisiológico, es decir, interfieren en nuestro día a día.


La ansiedad puede verse manifestada frente a distintos ámbitos, como el familiar, laboral y social. Sin embargo, hay que destacar lo influyente que es el entorno laboral en el desarrollo de la ansiedad.


Actualmente vivimos en un mundo sumamente competitivo, donde continuamente nos demandan cada vez más, debemos atender muchísimos estímulos a la vez y poder satisfacer nuestras necesidades como las del otro. Esto conlleva a que nuestro organismo empiece a colapsar, dado que es inviable mantenernos alerta todo el tiempo y hacer todo esto de una manera perfecta, que es lo que realmente se espera de nosotros.


Si bien el lidiar con el trabajo, la familia y los amigos, no es una situación novedosa, lo que más carga genera es la sobre estimulación que tenemos constantemente. Recibimos información continuamente de muchas cosas y muchas fuentes diferentes, y nos exigimos estar al corriente de todo. Para esto, somos capaces de revisar nuestras redes sociales las veces que haga falta para sentirnos actualizados, informarnos de todas las noticias sobre cualquier temática que nos resulte interesante, y esto lo hacemos por supuesto, sustituyendo el tiempo que nos podemos dedicar para relajarnos, por ejemplo, dar paseos que nos permitan desconectar de nuestras labores diarias, hacer yoga o alguna actividad física para bajar los niveles de activación o a través de las reuniones sociales que podemos establecer; lo que ocurre es que ahora todas estas actividades suelen ir acompañadas del móvil, con lo cual podemos o no interactuar con una persona mientras seguimos actualizándonos en otros contenidos. Lo mismo ocurre a la hora de comer, cenar o hacer cualquier actividad compatible o no con el móvil (porque si no es compatible con el móvil podemos dejar de hacer la actividad para revisarlo).


Cada vez hay más personas que presentan este trastorno, y es que el ritmo de vida que llevamos nos sobre exige muchísimo, pero ahora, una pregunta para analizar: ¿Cuánto te exiges tú mismo/a?


UNA DE LAS COSAS QUE HAY QUE PENSAR ES, ¿QUÉ PUEDO HACER PARA DEJAR DE SENTIRME TAN ANSIOSA/O?


Para empezar, hay que identificar cuáles son las señales de la ansiedad. Hay personas que como comentábamos antes, presentan irregularidades en el sueño, ya sea por la imposibilidad de conciliarlo o por mantenerlo, hay quienes notan sensaciones a nivel estomacal, lo que conocemos como “mariposas en el estómago”, también hay quienes han observado que “necesitan” comer en mayor medida o más veces seguidas, y quienes detectan el aumento de consumo de tabaco o alcohol, entre otra cantidad innumerables de señales.



Una vez identificados estos síntomas, podemos modificarlos, es decir, tratar de controlar todas estas sensaciones hasta que sean más adaptativas o que desaparezcan, y esto es, ocupándonos en aquello que nos preocupa, evitar darle largas a eso que nos tiene dándole vueltas a la cabeza, centrándonos en lo que puedo hacer y aceptar lo que no puedo hacer, esto nos permitirá entender que sobre lo que está bajo nuestro control, podemos hacer algo al respecto y sobre lo que no está bajo nuestro control, no vale la pena invertir tiempo.


Adicionalmente, realizar actividades de relajación, practicar ejercicios de respiración diafragmática, y si es necesario, dedicarle solo 10 minutos diarios de pensamiento de aquello que nos produce esa ansiedad, una vez agotado ese tiempo, dejamos de pensar en eso para continuar en nuestras distintas labores diarias. Si nuevamente se presenta el pensamiento o la idea, debemos decirnos a nosotros mismos que el tiempo para dedicarle ya ha acabado.


Es muy importante mantener un ritmo de actividad física moderado, y con esto nos referimos a practicar algún deporte al menos 3 veces por semana, esto nos permite segregar endorfinas y nivelar nuestro estado de ánimo, a la vez que, mientras hacemos ejercicio no podemos pensar, y por supuesto, dejamos de sentir ansiedad, claro está lo necesario que es para mantenemos en forma.





En caso de que creas tener síntomas de ansiedad, no dudes en contactarme, estoy aquí para tí.


Laura Castellano Genovés. Psicóloga.








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