top of page
Foto del escritorLaura Castellano G.

Nosotros y Nuestra Autoestima

La gran mayoría de las personas han escuchado la palabra “Autoestima” pero puede que no sepamos bien lo que es.

Existen 3 conceptos que están relacionados y son la Autoestima, el Autoconcepto y la Identidad. Estos conceptos son base fundamental de nuestro bienestar, por lo tanto, cuando hay una distorsión o variación negativa de alguno de ellos, el efecto será en cadena y ocasionará mucho malestar.

¿A qué nos referimos con cada uno de ellos?

Cuando hablamos de Autoestima, nos referimos a la estima o afecto que nos tenemos a nosotros mismos. Aunque parezca que nos queremos puede que en momentos esto no sea así.

“Si no te quieres a ti mismo nadie lo hará”

Seguro has escuchado esta frase, te la hayan dicho o incluso que la hayas dicho tu mismx a otra persona, y quiero decirte que esta frase no es del todo cierta…

Sí nos pueden querer, aunque nosotros no lo hagamos, un ejemplo muy sencillo de esto es que, aunque estemos en momentos complicados de nuestras vidas y nos encontremos con una autoestima bajo, las personas que nos quieren no lo dejan de hacer, nuestros amigos y familiares nos siguen queriendo, aunque nosotros no lo hagamos. De hecho, nuestros padres nos quieren desde antes de que formemos nuestro propio ser.


Incluso podemos seguir queriendo a los demás, sin en esos momentos tenernos mayor afecto a nosotros mismos.

La estima que tenemos hacia una persona está basada en las cualidades y características positivas que tiene esa persona. Lo mismo ocurre con nosotros mismos, nos queremos porque hay cosas de nosotros que nos gustan, que nos hace sentir bien y a gusto. Cuando esto no sucede, podemos disminuir ese afecto, como pasaría con cualquier otra persona.

Esto significa que los que nos quieren cuando nosotros no lo hacemos, observan y valoran en nosotros cosas que no estamos viendo con facilidad, por lo tanto, no lo valoramos.

¿Qué ocurre con esta frase?

Es probable que, si lo interpretamos de manera literal, lo que nos venga a la cabeza es que si no me quiero pues no habrá nadie que lo haga. Hablamos de un condicional, si NO me quiero entonces Nadie lo hará, pero si me quiero y mucho, los demás también me querrán.

Limitamos el desarrollo de nuestro propio querer por y para que el otro me quiera, nos limitamos a buscar aprobación, afecto de alguien externo y por supuesto mantener un vínculo.


Sin embargo, se nos dificulta darnos cuenta de que el mayor vínculo que tendremos y que nos durará para siempre será aquel que desarrollamos y alimentamos con nosotros mismos, de hecho, nuestra persona será la que indudablemente nos acompañará por el resto de nuestras vidas.

Por otro lado, tenemos el Autoconcepto y hablamos de él para referirnos a esa imagen que tenemos de nosotros mismos, en definitiva, qué concepto tenemos de nosotros, que nos parecemos, si nos consideramos de una manera o de otra, los valores que tenemos, nuestro conocimiento, y todas aquellas cosas que nos podemos atribuir.

No siempre tenemos un autoconcepto apropiado e incluso realista de nosotros mismos, es por eso tan importante invertir tiempo en conocernos. Podemos tener un concepto de nosotros que no es el que expresamos y esto puede ocasionarnos malestar, incluso el hecho de distorsionar nuestro concepto producto de una experiencia negativa.

[Si quieres saber más sobre la imagen que podemos ofrecerles a los demás, lee mi artículo de Máscaras]

Hay una frase en especial que resalto mucho en las consultas, y es la de “No soy capaz de…” aunque parece no ser más que una expresión cuando no conseguimos hacer algo, queda registrado en nuestro cerebro como “Justo esto no lo lograré, por qué me faltan capacidades”, muy distinto es si transformamos esa frase a: “no lo logro hacer ahora, tendré que practicar” o “No lo consigo en este momento, pero buscaré resolverlo”.


No es lo mismo la falta de conocimiento o de habilidad que de capacidad, somos capaces de todo lo que nos propongamos, solo que unas cosas, nos llevará más esfuerzo que otras, pero las capacidades sin duda las tenemos.

Cerramos estos tres componentes con la Identidad, la cual nos refiere lo que somos, quienes somos, que nos caracteriza y cual es nuestra esencia.

Es un concepto un poco más profundo y abstracto que el autoconcepto, recordemos que el autoconcepto es la percepción que tenemos de nosotros mismos y de nuestra imagen, la identidad nos habla de nuestro ser.

La identidad incluye nuestras características más permanentes, lo que realmente lo diferencia del autoconcepto, es que éste último puede variar en el tiempo y según nuestras experiencias, la identidad una vez desarrollada, es más difícil de cambiar.

Son muchos los factores que influyen en el desarrollo y mantenimiento de estos conceptos de manera saludable.


Podemos empezar a hablar desde la niñez, aunque cada uno estos componentes se crean en distintas edades y etapas de desarrollo, hay factores que pueden favorecer o afectar negativamente en su curso. Entre ellos se encuentra la crianza, la manera en la que nos crían es determinante para un desarrollo adecuado de estos componentes.

Si criamos a nuestros niños en un ambiente seguro, con una afectividad sana y adecuada, con libertad de expresar sus pensamientos y emociones, con un trato adecuado, una red social robusta que ofrezca a los niños apoyo, éstos desarrollarán una identidad firme, un autoconcepto positivo y competente y por supuesto una buena autoestima.

Si por otro lado, la crianza está basada en malos tratos, agresión verbal -como lo pueden ser los insultos no solo para regañar sino para incluso hacer bromas (esto suele verse más en relaciones masculinas o hacia niños)-, agresión física -nuevamente no solo para castigar sino para generar un “ambiente divertido y de juego” o en distintas dinámicas-, el restarle valor a sus pensamientos y emociones, humillar o crear burlas sobre ellos, estamos favoreciendo al desarrollo de un inadecuado autoconcepto, dificultad para crear la identidad y como es comprensible, una baja autoestima.

Aunque se crea que no, los niños entienden, y a los niños les afecta los distintos tratos que podemos tener con ellos. Pensemos por un momento en que sucede cuando se le da una chuche o juguete a un niño y a otro no o incluso cuando se le quita, es probable que el que no ha recibido nada, se sienta mal. Lo mismo ocurre con otras cosas, la diferencia radica en el entendimiento que los niños puedan hacer de la situación y su afrontamiento.


Como los tratamos y lo que les decimos les puede afectar de manera negativa y permanente, la repetición constante de frases como “los niños no lloran” “eres una nenaza” y demás por el estilo, queda grabado en su memoria, lo que ocasionará una inadecuada gestión de las emociones e incluso una inhibición hacia ellas. Hay que darnos cuenta de que la crianza es sumamente importante para un desarrollo adecuado.

Si miramos por un momento hacia atrás, aunque nos cueste un poco, podríamos encontrar algunos factores como los que he mencionado que hemos vivido en carne propia y que de alguna manera nos han hecho desarrollar ciertas inseguridades.

Aunque como adultos creamos que son solo “juegos” recordemos que tratamos con niños y no con otros adultos que lo pueden interpretar de la misma manera que nosotros, e incluso aún así, puede que no.

Alimentar estos componentes diariamente, invertir en nuestro bienestar, nos ayudará a su vez a enfrentarnos de mejor manera a la vida.


No dejes de trabajar en tu autoestima, siempre lo podemos fortalecer. Así que descarga mi guía donde encontrarás pasos para conocerte y aumentar estos componentes.




155 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page