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Foto del escritorLaura Castellano G.

¿Qué hay detrás de las lesiones deportivas?

Actualizado: 29 mar 2021

Perspectiva psicológica en las lesiones deportivas

¿Qué hay detrás de las lesiones deportivas?


Es muy común que existan lesiones tras la práctica de deportes y estas pueden deberse a muchísimas razones, tanto físicas, situacionales, y propiamente deportivos como no estar en condiciones físicas adecuadas, esfuerzo físico desproporcionado, imprudencias, falta o exceso de entrenamiento, calentamiento o hasta carencia de recursos necesarios para llevar a cabo el deporte (calzado inadecuado, falta de mantenimiento de las instalaciones, etc). pero también hay factores psicológicos que juegan un papel muy importante en las lesiones, no solo pueden anteceder a la lesión, sino que pueden ser consecuentes y hasta funcionar como mantenedores de la propia lesión.

Son muchas las situaciones que pueden repercutir en las lesiones de un deportista, entre ellas, la cohesión con el resto de los jugadores del equipo, entendimiento con el entrenador, situaciones adversas de su vida privada, estilo de vida, categoría en la que se encuentre a nivel deportivo, evaluación social, situaciones de riesgo físico, etc.


Más allá de sufrir una lesión, dicha parte, aunque esté recuperada por completo, puede presentarse vulnerable ante una nueva posible lesión y es por eso por lo que es tan importante la prevención médica y psicológica para que no vuelva a ocurrir y así evitar las recaídas.

Seguramente tendrás algún deporte favorito y por consiguiente un equipo de mayor preferencia, y hasta sabrás de algún jugador o deportista que sea muy reconocido por sus lesiones.

Indiferente del deporte que practiquemos, las lesiones y traumatismos están a la orden del día, y en mucho están relacionadas con variables psicológicas que pueden ser en parte, el motivo por el cual nos lesionamos o no nos recuperamos al 100%.

Entre estas variables tenemos los miedos, las inseguridades, el estrés, la carencia de estrategias de afrontamiento, pero en general, se ha estudiado en mayor medida, la ansiedad competitiva, la motivación, autoconfianza y estrés psicosocial, las cuales suelen manifestarse en deportes de alto rendimiento y competición.

El estrés que puede generar un deporte se puede expresar de distintas maneras, y no solo se presentan en deportes de alta competición o en categorías superiores. Se han visto lesiones recurrentes en niños y niñas en la práctica deportiva.

Y como hemos dicho, son muchos los posibles desencadenantes, sin embargo, debemos preguntarnos y sobre todo si son recurrentes las lesiones, ¿qué nos puede estar ocurriendo?, ¿con que peso estamos pudiendo cargar que nos limita desenvolvernos y a trabajar con todos los sentidos?, ¿con qué tipo de pensamientos nos podemos distraer?, etc.

La probabilidad de que se lesione un jugador que tenga problemas personales, inestabilidad emocional, motivación ajena al disfrute del deporte, responsabilidades ajenas al deporte, que mantenga una presión constante en cuanto a su rendimiento, necesidad de aprobación y/o de satisfacer a otro, o que sencillamente no le guste esa actividad, será mucho mayor que las lesiones que se pueden presentar en alguien que lo disfrute y que considere el deporte parte de sí mismo, etc.

Tanto las expectativas, como los objetivos y la disciplina son aspectos muy arraigados en el deporte en general, pero lo es más aún en los equipos deportivos, donde las distintas situaciones de exigencias acarrean consecuencias en los jugadores y que pueden manifestarse en las propias lesiones.

Dentro del estudio de las lesiones se contemplan en mayor medida rasgos de personalidad, estresores, estilos de afrontamientos e historia de lesiones previas.

Una cuestión que puede ser determinante para el afrontamiento de las lesiones es el nivel de optimismo que tenga el deportista y el entendimiento que haga de la propia incidencia, es decir, tendrá mayores posibilidades de recuperarse y en menor tiempo una persona que entienda una lesión como una situación más en su ejercicio y que la transforma en una meta más a conseguir superar, para continuar entrenando y volver lo antes posible a su funcionamiento normal, que una persona que se enfoque en la transformación de ese evento a un obstáculo difícil de superar o que sencillamente focalice su atención en todos los posibles consecuentes negativos que pueden repercutir en la propia persona, como dejar de jugar, dejar de ser de los primeros seleccionados, pensamiento que incluyan distintas otras repercusiones como en su sueldo, publicidad, reputación, etc.

Adicionalmente, como hemos dicho son muchos los factores que pueden estar interviniendo a la hora de un traumatismo o lesión, la presión psicológica que recibimos del entorno influye significativamente, pero también influye la propia autoexigencia que nos creamos, de hecho pueden generarse pensamientos obsesivos acerca de la consecución de ciertos objetivos en tiempos irreales, provocando una carga de trabajo excesiva y a su vez, restringir o minimizar los períodos de descanso, obteniendo como consecuencia la lesión.

Evidentemente el riesgo de determinadas lesiones dependerá del riesgo que se puede correr en los distintos deportes, siendo los deportes recreativos y competitivos los “menos” peligrosos ya que, en su mayoría, se basan es problemas musculares o lesiones de posible recuperación. Sin embargo, hay deportes extremos, de alto riesgo y peligrosos donde las lesiones pueden ser aún más importantes en cuanto a las repercusiones que puede tener para la persona y hasta determinantes para su propia vida.

Las emociones que usualmente expresan los jugadores tras una lesión suelen ser la negación, de la propia lesión, ira e impotencia, posteriormente tristeza y en ocasiones, pueden manifestar depresión. Esto conllevará al proceso de aceptación y posterior recuperación.

Por otro lado, existen lesiones que son autoinducidas (producida por el propio deportista), las cuales son generadas a partir del agotamiento físico y mental, mala gestión de las demandas externas, internas y el estrés, fluctuaciones del estado de ánimo, influencia de medicamentos, alcohol y una deficiente recuperación de lesiones previas o enfermedades.

La relación que existe entre nuestro físico y la mente es sumamente fuerte y en muchas ocasiones el cuerpo manifiesta lo que no podemos describir con palabras.

Es por eso que la psicología del deporte se encarga no solo de la atención y seguimiento en estos casos, en cuanto a intervención si es necesario, sino también de la estructuración de objetivos, planteamientos de necesidades y de la adecuada preparación de todo el equipo.





 



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